Los edificios Passivhaus SÍ requieren un sistema de calefacción y refrigeración: desmintiendo un mito común

Es común encontrar afirmaciones de marketing que aseguran que los edificios Passivhaus no necesitan ningún tipo de sistema de calefacción. Sin embargo, estas afirmaciones son engañosas.
Los edificios Passivhaus SÍ requieren un sistema de calefacción y refrigeración: desmintiendo un mito común

Es común encontrar afirmaciones de marketing que aseguran que los edificios Passivhaus no necesitan ningún tipo de sistema de calefacción. Sin embargo, estas afirmaciones son engañosas. Si bien los edificios Passivhaus reducen la demanda de calefacción en aproximadamente un 70% en comparación con construcciones convencionales, siguen requiriendo un sistema de calefacción de pequeña potencia para cubrir la demanda mínima durante los días más fríos del año.
Para garantizar el confort térmico en todas las estancias, una exigencia fundamental de la certificación Passivhaus, es imprescindible disponer de algún tipo de sistema de calefacción. Esto es especialmente relevante en los baños, donde se necesita un elemento calefactor para mantener una temperatura adecuada cuando los ocupantes salen de la ducha, momento en el que están mojados y sin ropa, y por lo tanto más vulnerables al frío.
En cuanto a la refrigeración, en climas cálidos se recomienda generalmente un sistema de climatización de baja potencia. De hecho, la certificación Passivhaus lo requiere cuando la frecuencia de sobrecalentamiento calculada con el PHPP supera el 10% del total de horas anuales (es decir, el porcentaje de horas en las que la temperatura operativa interior supera los 25ºC). Además, en edificios donde la frecuencia de sobrecalentamiento se sitúa entre el 5% y el 10%, desde Praxis, como certificadores Passivhaus, recomendamos encarecidamente la inclusión de un sistema de refrigeración. Esto se debe a que la ventilación nocturna natural no siempre está garantizada, ya sea por ruido exterior, presencia de insectos, necesidad de mantener dispositivos de sombreado cerrados o razones de seguridad. Asimismo, en las ciudades, los efectos de isla de calor urbana elevan las temperaturas ambientales y reducen las mínimas nocturnas, dificultando la disipación del calor acumulado. A ello se suma el impacto del cambio climático, que provoca olas de calor más frecuentes y más largas y temperaturas más elevadas.
En resumen, aunque los edificios Passivhaus minimizan la demanda energética, siguen necesitando sistemas de calefacción y refrigeración de baja potencia para garantizar un confort térmico óptimo en todas las condiciones climáticas. Negar esta realidad puede generar expectativas erróneas en los futuros usuarios y comprometer su bienestar en el día a día.
